El cetro de Ottokar (1939) - página 31
El cetro de Ottokar (1939) es una embestida de Hergé que, en esta aventura, apunta a Alemania. El descubrimiento de una cartera olvidada en un banco conduce a Tintín a Praga, y luego a Syldavia. Tintín salvará a Syldavia y al reino de un golpe de estado fascista.
«Fue un amigo quien me dio la idea de esta historia. Se explica en ella un Anschluss abortado, a despecho del maldito Müsstler. Se puede encontrar, también, la dualidad de los gemelos Halambique, el tema de los hermanos enemigos. Y también el nacimiento del coronel Boris Jorgen, ayuda de campo del rey de Syldavia». (SADOUL, Numa. Conversaciones con Hergé - Tintín y yo - . Juventud, 1986. Pág. 102).
Pieza de museo
La cubierta de El cetro de Ottokar reproducida aquí merece toda tu atención. De hecho, ¡es una versión de 1942 reelaborada por el mismísimo Hergé!
Basta compararla con la de debajo para darse cuenta de que, gracias al pergamino en el que lo ha dispuesto Hergé, el título salta literalmente a los ojos. ¿Un detalle, este pergamino? No del todo...
Vestuario
¡Un momento! Las ligas para calcetines de los Fernández son sin duda uno de los elementos menos conocidos del vestuario de los dos detectives.
Es cierto que estos accesorios, caídos hoy en día en desuso, sólo aparecen en una única ocasión: cuando, hechos andrajos por la explosión de una bomba, los pantalones de los Fernández dejan al descubierto sus pantorrillas.
Syldavia resumida
No busques Syldavia en el mapa porque no la encontrarás. Hergé se inventó este pequeño reino por las necesidades de su historia y, como constatarás leyendo el folleto turístico consultado por Tintín, lo dotó de una historia y hasta de un idioma.
El syldavo, nacido del dialecto de Bruselas, del que integra las componentes francesa y holandesa, toma mucho prestado de las lenguas eslavas. De tal forma que, por ejemplo, «gendarmería» se dice «gendarmaskaia». Fácil, ¿verdad?
Cuidado con los decibelios
Esta aventura marca la aparición del personaje femenino Bianca Castafiore, de la Scala de Milán. El primer encuentro entre Tintín y Bianca no es muy alentador. Y para muestra un botón: esa voz sin igual deja a Tintín casi sonado. ¡Suerte que las lunas del coche son seguras!
Tintín encuentra un pretexto cualquiera para escapar a los encantos de Bianca Castafiore.
Como Hitchcock
A Hergé le encantaba representarse en sus historietas. Aunque el maestro de la línea clara nunca lo convirtió en hábito.
En El cetro de Ottokar, Hergé se puso en escena dos veces: primero entre los testigos de la detención de Tintín por parte de los guardias reales, y luego entre los altos dignatarios ante los cuales avanza Tintín para recibir la Orden del Pelícano de Oro otorgada por el rey Muskar XII.
Comme Hitchcock
El cetro de Ottokar existe y Hergé no lo sabía. En 1976, unos trabajos de restauración que se estaban haciendo en la catedral de Saint Vitus, en el castillo de Praga, han permitido descubrir unos atributos reales de Ottokar II, rey de Bohemia (1230-1278) y miembro de la dinastía de los Premyslides. El cetro se encontraba entre estos atributos, un tesoro de hace cinco siglos...». (SADOUL, Numa. Conversaciones con Hergé - Tintín y yo - . Juventud, 1986. Pág. 102).
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