El templo del Sol (1949) - página 2
Esta aventura, que inaugura la revista TINTIN el 26 de septiembre de 1946, anuncia la reanudación de la interrumpida diez años antes. Tintín, Milú y el capitán Haddock vuelan al Perú en busca del profesor Tornasol. Este ha cometido involuntariamente un sacrilegio que lo condena al castigo supremo.
Como hizo para la creación de otras aventuras, Hergé visita el Museo del Cincuentenario, que forma parte de los Museos Reales de Arte e Historia, para documentarse. Es concretamente en estos lugares donde vio un modelo de vasija retrato (comúnmente llamado vasija de estribo porque gracias a su asa se podía pasar una cuerda para atarlo a las llamas junto con otras vasijas del mismo tipo) de la cultura mochica en el que se inspiró para dibujar el de la página 45 de la aventura de Tintín.
Para dibujar los decorados de El templo del Sol propiamente dicho, Hergé se inspiró en otros lugares bien reales como la fortaleza de Sacsahuaman, la ciudad de Tiahuanaco o la ciudadela del Machu Picchu.
Esta antigua ciudad inca, hoy en ruinas, situada en el altiplano de la cordillera de los Andes, sirvió de modelo para uno de los decorados principales: el que delimita el lugar sagrado donde los incas han erigido la hoguera del sacrificio.
Descubrió igualmente en una obra de Wiener, Perú y Bolivia, la imagen de una cabeza de momia de la cultura chancay que utilizó para dibujar las dos momias de la cubierta de El templo del Sol y de la página 45 de este álbum.
Fue igualmente en esta obra de Wiener donde Hergé descubrió una ilustración del dios INTI que reprodujo exactamente para la cubierta del álbum y para la ilustración del extenso decorado de la inmensa sala del interior del templo del Sol en la que penetran Tintín, Haddock y Zorrino.
En realidad, este «Dios con bastones» no es otro que el que ornamenta la puerta del Sol de Tirvanaku.
La revista de febrero de 1938 proporcionará al autor abundante documentación, especialmente para representar al Gran Sacerdote cuando va a presidir el sacrificio, el cortejo de las jóvenes vírgenes del Templo Sagrado y la danza de la serpiente que precede a la inmolación en la hoguera, así como para los decorados inspirados en los emplazamientos de Sacsahuaman y Machu Picchu.
Como Hergé tenía L'Encyclopédie des Chemins de Fer illustrée publicada en 1927 por la Librairie Hachette, se documentó sobre los trenes y otros vehículos ferroviarios del Perú.
A fin de ceñirse mejor a la realidad, Hergé se benefició de la ayuda de Jacobs, a quien le pidió, entre otras cosas, que posara con ciertas actitudes que él quería dibujar. Por ejemplo, hizo fabricar un poncho a rayas para que se lo pusiera Jacobs para poderlo dibujar. Jacobs también se pasó muchas horas en el Museo del Cincuentenario para estudiar las obras que trataban sobre América del Sur y los incas y buscar detalles importantes para la realización de esta aventura. Por otro lado, algunos frutos de sus búsquedas fueron reutilizadas por E. P. Jacobs en el álbum El enigma de la Atlántida, de Black y Mortimer.
El profesor Tornasol se pasa la totalidad del relato en una serena inconsciencia. Y en el momento más crítico, sobre la pira del sacrificio donde él y sus compañeros van a ser inmolados con fuego, se piensa que está en el centro de una reconstrucción histórica hecha para el cine.
Para la escena tan determinante del eclipse, como hizo La Fontaine con Esopo, Hergé toma prestado a Gaston Leroux diversos elementos sacados de su libro La esposa del Sol. Se inspiró igualmente en el texto del libro Cristóbal Colón, de C. Giardini (Dargaud, París, 1970), en el que el autor narra el hecho de que los españoles consiguieron someter definitivamente a los indígenas gracias a un eclipse de luna anunciado por un calendario.
Es igualmente interesante subrayar un error a propósito de este eclipse. En efecto, el eclipse evoluciona de derecha a izquierda aunque en realidad, dado que el Perú se encuentra en el hemisferio sur, este fenómeno debería evolucionar de izquierda a derecha. Este error le fue comunicado a Hergé por un niño que le escribió una larga carta para hacerle partícipe de su disgusto por el mismo.
Los Fernández innovan en sus técnicas de investigación. A la manera del profesor Tornasol, recurren a la radiestesia sin gran éxito. Gracias a esta técnica, los Fernández se convierten en los actores de un verdadero running gag (broma continuada). Estos gags hacen de eco a las situaciones vividas por nuestro héroes.
Si Tintín y sus amigos se encuentran sobre la hoguera, los Fernández los buscan en el desierto. Cuando Haddock se cae sobre la pira y se queda atontado, los Fernández los buscan en una pista de auto de choque…
Para encajar su historia en el formato habitual de 62 páginas, Hergé se vio obligado a hacer un enorme trabajo de rediseño a partir de las planchas aparecidas en la revista Tintin. Entre las principales supresiones, se puede citar la escena en la que Haddock se deshace de unas enormes pepitas de oro que se había guardado en el bolsillo o aquella en que el mismo Haddock dibuja con tiza el retrato de Tintín en un muro.
Para los nostálgicos hay que señalar que la versión original de El templo del Sol ha sido reeditada en dos ocasiones en formato italiano por Èditions Casterman, en 1988 y en el 2003.
Social networks : Facebook - Instagram - Twitter - YouTube - Pinterest