El general Alcázar - Tintín y los Pícaros (1976)
«Alcázar» significa «palacio fortificado». Como los alcázares de Sevilla y Toledo, estos palacios fueron construidos durante la conquista de España por los moros, un pueblo de origen bereber.
Oficial de la más alta graduación -general-, Alcázar está al mando de las tropas revolucionarias que se enfrentan con las de otro alto mando militar, el general Tapioca. La República de San Teodoro es el terreno de juego de Alcázar y Tapioca.
Además del juego de la revolución, Alcázar juega al ajedrez y fuma puros.
La aventura de La oreja rota, donde Tintín conoce por primera vez a Alcázar, está inspirada en un sangriento conflicto que enfrentó en los años treinta a Bolivia y Paraguay, que peleaban por un territorio llamado el «Gran Chaco».
Esta guerra fue llamada la «Guerra del Petróleo». Los gringos (Standard Oil estadounidense) y otras multinacionales occidentales (Royal Dutch Shell) estaban involucrados en este conflicto. Pero la verdadera razón de la guerra era la intención por parte de Bolivia de arrogarse un mejor paso hacia el río Paraguay. El «Gran Chaco» se convirtió bajo la pluma de Hergé en el «Gran Chapo».
San Teodoro volverá a las portadas de los periódicos en Tintín y los Pícaros, donde «Hergé hace una caricatura -como en La oreja rota-de la injerencia de las potencias comerciales en los asuntos políticos de los países del tercer mundo». ??(FARR, Michael. Tintín, el sueño y la realidad. Barcelona: Editorial Zendrera Zariquiey, 2002. Pág. 195).
Con toda probabilidad, Peggy es la legítima esposa de Alcázar, su «palomita». Este ser abyecto, que no deja indiferente a Tornasol, es «una norteamericana de alguna forma vinculada al Ku Klux Klan...». (SADOUL, Numa. Conversaciones con Hergé -Tintín y yo- Barcelona: Editorial Juventud, 1986. Pág. 121).
Peggy, aunque esto no se menciona en el álbum, es la hija del traficante de armas Basil Bazaroff que aparece en La oreja rota. Bazaroff es la caricatura de «sir Basil Zaharoff, un comerciante de armas que no dudó en aprovecharse de la industria de la muerte durante y después de la Primera Guerra Mundial». (FARR, Michael. Tintín, el sueño y la realidad, Barcelona: Editorial Zendrera Zariquiey, 2002. Pág. 62).
«La ambigüedad de Alcázar es, sencillamente, la del hombre político. Es amigo o enemigo de Tintín según si este sirve a su causa o representa un obstáculo para la misma. La razón de estado o, más comúnmente, la ambición personal, eso es lo que dicta?el comportamiento del general...». (SADOUL, Numa. Conversaciones con Hergé -Tintín y yo-. Barcelona: Editorial Juventud, 1986).
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